Esta una carta del Concurso Cartas de Amor 2010. No conozco a Ira pero si la reconozco como una gran madre y le agrezco la preciosa oportunidad de compartir su realidad de amor maternal con otras personas que a lo lejos la admiramos y le decimos bravo por ese amor tan profundo que expresas publicamente con tus palabras.
Cuando lei esta carta y vi el video senti la necesidad imperiosa de compartir este canto a la maternidad, a la inclusion y al reconocer que nuestros miembros de familia forman parte de nosotros, sin importar donde esten o con quien esten, y que podemos incluir a miembros desde un acto tan voluntario y de amor como lo es una adopcion.
Cuando lei esta carta y vi el video senti la necesidad imperiosa de compartir este canto a la maternidad, a la inclusion y al reconocer que nuestros miembros de familia forman parte de nosotros, sin importar donde esten o con quien esten, y que podemos incluir a miembros desde un acto tan voluntario y de amor como lo es una adopcion.
Cuando llega un hijo a una familia a través de una adopcion se esta declarando a voces la voluntad de incluir a ese hijo al sistema familiar, se hace como un acto voluntario de profundo de amor, es inmensa la grandeza al reconocer sus origenes y agradecer el acto de amor de su madre y su sistema al entregarlo para que forme parte del nuevo sistema.
Al reconocerle el amor a de su madre biologica y de su sistema biologico el dejarlo disponible para su nueva familia, se le esta permitiendo a este niño que siempre se sienta que pertence al nuevo sistema que lo acoje amorosamente y nunca dudara que es miembro de esta familia.
Disfrutenla
Lic. Irlis Medina
Constelador Familiar
Concurso Cartas de amor 2010 "Ira Vergani 2do lugar"
http://www.youtube.com/watch?v=twBu6glj9sc&feature=player_embedded
http://www.concursocartasdeamor.com/cartas/?accion=detalle&id=78
A la madre biológica de mi hijo
Aunque no te conozco y sé que nunca leerás esta carta, quiero que sepas que cuando comencé a escribirla mi intención era escribir una carta de amor a tu hijo, a mi hijo, a nuestro hijo. Pero de pronto me di cuenta que él no necesita cartas de amor de mi parte, él siente mi amor en cada paso de su vida porque como le expliqué la primera vez que tuve que viajar por trabajo, nuestros corazones están unidos por un hilo larguísimo, invisible, pero irrompible. Me di cuenta que aunque lo he dicho muchas veces, jamás he escrito lo mucho que te agradezco darle vida a tu hijo biológico, a mi hijo, al amor de mi vida.
No sé si estabas del todo lúcida o cuerda el día en que lo concebiste, ni mucho menos el día en que decidiste salir corriendo del hospital y abandonarlo. Lo que si sé y te agradezco infinitamente es tu decisión de continuar con tu embarazo, la decisión acertadísima de aceptar que eras mental, física, moral y afectivamente incapaz de cuidarlo como él se merecía.
Te agradezco desde lo más profundo de mi corazón haberlo dejado en el hospital, un sitio en donde lo cuidarían y alimentarían, en lugar de dejarlo en un basurero o de llevarlo contigo a una vida de miseria. Reconozco que a pesar de tu poca lucidez actuaste con el amor que sólo una madre puede sentir, ese amor que es capaz de hacernos sacrificar nuestras necesidades y deseos en aras del bienestar del hijo. Y es por eso que cada vez que alguien te llama irresponsable, yo te defiendo. Porque dentro de tus precarias circunstancias tomaste la decisión más acertada, porque gracias a ti soy la mujer más feliz y realizada de este mundo.
Quiero que sepas que hoy él es un niño feliz, con una familia que lo adora y que le da sentido a su vida, con “La Familia”, como él la llama cada vez que nos visitan, que disfruta los deportes, que se aburre con las cosas para armar, que es un verdugo jugando memoria, que ama los animales, que sueña con una casa con jardín para tener varios perros, que disfrutó más Roma que Disney, que es fastidioso para comer pero que adora probar cosas nuevas, que come picante y detesta el pimentón, que es desafinadísimo pero adora cantar y bailar, que necesita escuchar y sentir que lo amo constantemente y especialmente, en los momentos en que lo regaño, que tiene una fuerza y energía contagiosa, unos brazos que apretujan hasta que duele y una mirada que convence a cualquiera, que es sensible ante las necesidades y carencias de los demás, que disfruta sinceramente compartir, que conversa con todo el mundo, que conoce y acepta sus orígenes con sencillez y humildad, que no dice mentiras, que confía en mi como nadie y que es capaz de amar como si nunca hubiese sido herido.
Quiero que sepas que me diste el regalo más maravilloso de mi vida, que gracias a ti y a ponerme a nuestro hijo en el camino aprendí que los paradigmas están hechos para romperlos, que se puede elegir ser madre soltera si es el momento perfecto, que no hay manual para saber cuál es ese momento perfecto y que sólo la fuerza de una mirada y de un abrazo son los indicios a tomar en cuenta, que es imposible resistirse al amor verdadero por miedo y que si el miedo nos inmoviliza el mismísimo Dios se encarga de hacernos mover. Gracias a ti aprendí que sólo un hijo le da sentido a la vida y que del amor sólo pueden surgir maravillas.
Con esa seguridad es que te puedo decir y firmar con sangre que a pesar de haber pasado los primeros 3 años de su vida en un orfanato, a pesar de y por sus carencias, el abandono y la falta de una familia biológica, hoy, el fruto de tu vientre, mi enano, mi Chino; tiene 7 años y es la criatura más perfecta, amorosa, carismática, juguetona, tremenda, pícara, impulsiva, decidida, activa, sana, generosa y bella que he visto en mi vida.
Gracias infinitas por esos ápices de cordura que te llevaron a tomar las decisiones que tomaste, gracias por regalarle la vida a mi hijo, por ser la portadora de un milagro durante siete meses y por sobre todo gracias por ser parte esencial de esta historia de amor.